Neoliberalismo que privatizó el Estado y lo entregó a la gobernanza paramilitar: presidente Petro sobre el encuentro entre Gaviria y Uribe
El presidente Gustavo Petro reaccionó al acercamiento entre César Gaviria y Álvaro Uribe, al que calificó como la unión de dos proyectos políticos que, según dijo, representaron la violencia y la privatización del Estado.

Foto: El presidente Petro insistió en que el país enfrenta una disyuntiva: entre mantener un modelo que, a su juicio, concentró la riqueza y alimentó la violencia, o avanzar hacia un Estado que proteja lo público como bien común. / Presidencia de la República.
El presidente Gustavo Petro criticó el encuentro entre los expresidentes César Gaviria y Álvaro Uribe Vélez, quienes sostuvieron una reunión privada con miras a articular una coalición política hacia las elecciones de 2026
“En esta foto abajo hay dos expresidentes: el uno negoció con Pablo Escobar, su ex copartidario, y terminó el capo escapando; generó el decreto que originaba las convivir, que Pablo Escobar pedía, y que fue puesto en práctica por el otro, originando el paramilitarismo que mató a Escobar, pero generó un narcotráfico rural más poderoso
El jefe de Estado agregó que ambas corrientes “implantaron el neoliberalismo que privatizó el Estado y lo entregó a la misma mafia”, y 

El legado de César Gaviria: apertura accidentada y seguridad privatizada
Durante el gobierno de César Gaviria (1990-1994), Colombia vivió un proceso de transformación de la institucionalidad que coincidió con la promulgación de la Constitución de 1991 y con la implementación de políticas de apertura económica. A la par de esas reformas, se adoptaron decisiones que marcaron la historia de la seguridad y del conflicto armado.
Entre ellas, la negociación con Pablo Escobar —que derivó en su reclusión en La Catedral y posterior fuga— fue documentada por la Comisión de la Verdad como un fracaso del Estado, que debilitó la confianza en la institucionalidad. En esa misma línea,
Gaviria, además, impulsó la apertura económica y la privatización de varias empresas públicas, lo cual, para expertos y académicos, resultó en el fracaso de la agricultura y el sector manufacturero, impactando negativamente la generación de empleo y promoviendo la concentración de la inversión en sectores como el extractivo, paralizando el desarrollo de Colombia
Para el presidente Petro, ese modelo “convirtió los derechos universales en negocios para unos pocos”, expresión que ha reiterado al explicar su rechazo al neoliberalismo como proyecto político.
Álvaro Uribe: expansión paramilitar
El expresidente Álvaro Uribe Vélez, gobernador de Antioquia entre 1995 y 1997, fue uno de los principales promotores de las Convivir. Durante su administración, se expidieron más de 60 licencias en ese departamento, amparadas por el decreto de 1994.
El Informe Final de la Comisión de la Verdad, publicado en 2022, documentó cómo varias de estas cooperativas sirvieron de fachada para el fortalecimiento de redes paramilitares y para el control territorial de comunidades campesinas
De acuerdo con estudios académicos y expedientes judiciales citados por la Comisión, la expansión de las Convivir y su instrumentalización contribuyeron a la consolidación del paramilitarismo en el noroccidente colombiano.
Uribe, según testimonios de paramilitares, fue un promotor de estas estructuras criminales que ejecutaron masacres y cobraron la vida de decenas de miles de colombianos y colombianas, con un modelo basado en el desplazamiento y el asesinato para entregar tierras productivas a grandes hacendados. 
Como advirtió el presidente Petro, ese proceso “no fue espontáneo, sino inducido desde el poder político”.
Dos proyectos y un mismo país en disputa
Para el presidente Petro, la eventual alianza entre Gaviria y Uribe simboliza la convergencia de dos visiones que gobernaron Colombia durante décadas: la de la apertura económica que quebró al país y la de la seguridad cooptada por el crimen organizado. Ambas, según su lectura, “privatizaron el Estado y convirtieron derechos en mercancías”.
“Mi gobierno trata de garantizar los derechos universales y fundamentales que creó la Constitución de 1991. Creo que ese es el camino de la paz y la democracia. Por eso estas dos fuerzas son hoy mi oposición”, afirmó el mandatario.
El jefe de Estado insistió en que el país enfrenta una disyuntiva: entre mantener un modelo que, a su juicio, concentró la riqueza y alimentó la violencia, o avanzar hacia un Estado que proteja lo público como bien común. “Su democracia no es la de la gente, sino la del terror y el miedo”, agregó en su mensaje.
Un encuentro que busca detener el avance progresista
El encuentro entre los expresidentes ocurre en medio del reacomodo de fuerzas de cara a las elecciones de 2026. Entre la derecha y la ultraderecha se exploran coaliciones amplias que buscan contrarrestar la influencia del proyecto progresista el Presidente Gustavo Petro. Esto, después de la histórica votación del Pacto Histórico en su consulta interna, lo que demostró la consolidación de un proyecto popular como nunca se había visto en Colombia.
Una eventual coalición Gaviria-Uribe podría reconfigurar el mapa electoral, pero también reabrir el debate sobre la responsabilidad histórica de estas corrientes políticas en la consolidación del paramilitarismo, la desigualdad, la privatización de servicios públicos y el declive de la economía nacional entregada a la economía extractiva, algo que el Gobierno Petro ha logrado desafiar demostrando un crecimiento sostenido en el país y beneficiando a la economía popular y el bolsillo de la ciudadanía por encima de los grandes capitales que, por supuesto, también han obtenido importantes réditos.
Desde el Gobierno, la lectura es clara: la fotografía es un recordatorio del pasado que aún intenta determinar el presente. el presidente Petro la interpreta como la expresión de una estructura de poder que, pese al paso de los años, se resiste a ceder el control del Estado al pueblo colombiano.
Más de 15.000 personas respaldan a Abelardo de la Espriella en el Movistar Arena: ¿un antes y un después en su campaña?

Este lunes, el abogado y empresario Abelardo de la Espriella —precandidato presidencial con su movimiento Defensores de la Patria— protagonizó lo que muchos califican como uno de los “actos políticos más masivos” del año al reunir a más de 15.000 personas en el Movistar Arena de Bogotá. La convocatoria, acusada por algunos como demostración de fuerza y por otros como un espectáculo mediático, marca un hito en su precampaña hacia las elecciones de 2026.

Masiva asistencia tuvo el acto político del aspirante a la presidencia Abelardo de la Espriella, celebrado en Bogotá. FOTO tomada de redes sociales
Convención con aforo completo y ambiente de “movimiento”
La venta de boletas alcanzó el sold out en apenas cuatro días, lo que los organizadores atribuyeron a un “fervor genuino de la ciudadanía” y no a mecanismos tradicionales de movilización política como autobuses o incentivos económicos. “Esto no es con buses ni tamales…”, afirmó de la Espriella durante una entrevista con Infobae Colombia.
Las imágenes del recinto muestran un escenario inusual para una precampaña: graderías llenas en los tres niveles, luces, pancartas, y decenas de miles de personas moviéndose al hashtag #RugeElMovistar en redes sociales.
Un evento que mezcla política, espectáculo y propuesta
Más que un mitin convencional, la convención incluyó la presencia de artistas, influencers y personalidades del entretenimiento junto a figuras de la política. En el escenario estuvieron nombres como la periodista española Eva Rey, el conferencista Daniel Habif y el futbolista Faustino “Asprilla” Asprilla, entre otros.
De la Espriella aprovechó para presentar su visión política: un discurso de “libertad, institucionalidad y patriotismo”, dirigido a esos ciudadanos que se sienten excluidos por los partidos tradicionales. “Una cosa va a ser esta candidatura antes y otra después del Movistar”, dijo para enfatizar el carácter simbólico del evento.
¿Qué representa este acto en el tablero político de 2026?
El lleno del Movistar Arena tiene implicaciones concretas para la campaña de de la Espriella:
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Demuestra la capacidad de movilización independiente del candidato, lo que le brinda visibilidad y credibilidad ante el electorado.
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Refuerza su rol como alternativa para la derecha y los sectores conservadores que buscan renovación frente al poder actual.
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Lanza un señal claro: el proceso electoral en Colombia empieza a moverse de manera anticipada y el candidato que logre agrupar masa crítica tendrá ventaja competitiva.
 
Según analistas, la magnitud del evento obliga a otros precandidatos a posicionarse con urgencia o correr el riesgo de quedarse atrás en la carrera presidencial.
Los riesgos que acompañan el impulso
Aunque la convocatoria es notable, también presenta desafíos que podrían condicionar el próximo año:
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Conversión a votos reales: movilizar 15.000 personas a un evento no garantiza los mismos resultados en una elección nacional. La estructura regional y el voto efectivo serán clave.
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Consistencia de discurso: el estilo mediático debe ir acompañado de un programa político claro, propuestas sólidas y capacidad de articulación institucional.
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Alianzas estratégicas: en una fragmentada jornada electoral como la de Colombia, es esencial que el movimiento logre tejer conexiones partidarias y políticas para trascender el evento.
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Imagen pública: la figura de de la Espriella, aunque emergente y dinámica, también genera polarización, lo que puede limitar su crecimiento hacia sectores más moderados del electorado.
 
Lo que viene
La convención en Bogotá parece haber sido solo el primer paso. Desde su equipo han anunciado que esta movilización será replicada en otras regiones del país, con el objetivo de consolidar una base territorial. Además, se espera que el candidato lance formalmente su programa de gobierno y empiece a recabar firmas para su inscripción como aspirante a la Presidencia de la República.
Por otro lado, el evento abre un calendario político de precampaña que empieza a ser visto como una elección anticipada, donde cada evento, declaración y movilización pueden modificar las dinámicas de poder. Para de la Espriella, la pregunta es si este “rugido” del Movistar será el inicio de un salto cualitativo hacia 2026 o una maniobra mediática con eco limitado.
Conclusión
El lleno espectacular del Movistar Arena por parte de Abelardo de la Espriella no es un hecho menor. Representa un fenómeno de movilización, narrativa y proyección dentro de la precampaña presidencial colombiana. Al mismo tiempo, marca un punto de inflexión en su movimiento político y en el escenario de la derecha en Colombia.
Sin embargo, el verdadero desafío está en transformar la convocatoria en estructura, la emoción en programa y el apoyo en voto. Si lo consigue, podría convertirse en la sorpresa de 2026. Si no, será un episodio efímero en una campaña cada vez más competitiva y fragmentada.